domingo, 23 de marzo de 2014

Y todavía hay gente que se pregunta…


Y todavía hay gente que se pregunta si las artes tienen la capacidad de sanar el conflicto. Fui de los artistas que inicié con este proyecto desde lo que hacía en el momento, el video. Llegaba yo a una comunidad de suba todos los fines de semana con mi cámara casera de video y nos disponíamos a grabar las actividades de la comunidad. Todos los domingos había partido de fútbol, ellos mismos organizaban el encuentro interbarrial en el que los equipos debían inscribirse a través del pago de unos derechos y la inscripción de un patrocinador que podía ser el señor de la carnicería, el de la ferretería, o el del mini-mercado. Los muchachos, muchos de ellos trabajadores de la construcción, se encontraban en el parque del barrio, cuya cancha había sido construida por ellos mismos, para el encuentro deportivo.

Alrededor del picado se reunían las señoras que cocinaban la lechona, los tamales y la morcilla. El partido de fútbol se convertía así en un dinamizador de la economía local. Y no podía faltar la música, cada partido se convertía en un encuentro bailable para la comunidad. Todo era grabado, la reconstrucción del tejido social entre las gentes de los barrios. Más de una familia nueva surgió de estos encuentros. Pero no era todo, en la comunidad se llevaban a cabo eventos, que el rey de los feos, que subamos a la rueda de Chicago, que juguemos rana. Y paseos, la gente se inscribía y hacían colecta para el alquiler de un bus que los llevaría a la piscina en Girardot.

Una tarde los vecinos vinieron a mí, estaban muy molestos, necesitaban que les facilitara la cámara entre semana pues tenían una denuncia, en un barrio sin acueducto y alcantarillado, el estado los había tumbado, habían colocado materiales de mala calidad en las obras, y pretendían cobrarles la valorización por un trabajo mal hecho. Gracias al video la comunidad pudo denunciar y el contratista tuvo que repetir la construcción hasta dejarla en óptimas condiciones. Y luego también pavimentaron las calles y pintaron las casas.

Es por eso que creí realmente que tener mecanismos de comunicación y de expresión para las comunidades es fundamental para su desarrollo. Fueron ellos mismos quienes montaron el evento para las cámaras, quienes consolidaron su tejido social, y quienes organizados lograron presentar una denuncia que les cambió las condiciones de vida.

Hace poco regresé a Bosa, otro de los lugares en donde intervine con video, ésta vez a través de las pantallas de Canal 13 y llegué a los jóvenes en la biblioteca con otro proyecto, la opción de que ellos mismos generen contenidos para la web desde sus propias vivencias y es que aunque no he estado en zonas afectadas directamente por la violencia de las FARC o los Paramilitares, pienso que es muy importante tener voz para la gente. Hay una tendencia nueva en esto de las intervenciones artísticas, antes llegaban los artistas con sus presentaciones a las zonas de conflicto, particularmente actores y músicos. Hoy se busca, y eso es una propuesta de las artes plásticas, que las gentes se involucren en los procesos de creación. Hay muchos proyectos con saldos muy positivos, las escuelas de música y las casas de la cultura, por ejemplo.


Sería interesante conocer más experiencias y que éstas fueran conocidas por todas las comunidades. Sé que estas actividades no solo sanan heridas de la guerra sino que son jalonadoras de desarrollo y de empleo como el trabajo de fomento que desarrolla Artesanías de Colombia con poblaciones marginales en torno a la manufactura de productos artesanales para la exportación.



Luca Luciano
@zafarytv


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