Heredé dos karmas, de la noche a
la mañana mi familia no era mi familia sino que vine a ser hija de uno de los
más grandes traficantes de cocaína de los 70’s y de una popular cantante
fundadora del ELN. No me gusta estar en esta posición pero me veo en la
necesidad de intervenir con un par de reflexiones al respecto.
Hay cuatro puntos que se le
endilgan a las guerrillas como lastres que hacen inevitable cualquier firma de
tratados: el secuestro, la voladura de torres de energía y telecomunicaciones,
la siembra de minas anti persona y sus nexos con el narcotráfico. El secuestro
ha sido una forma de lucha tradicional con la cual no estoy de acuerdo,
funciona para solventar financieramente a las guerrillas y para negociar canjes
por presos políticos. Más que un cese de actividades, los negociadores del
gobierno han creído imprescindible acabar con este flagelo. No se ha vuelto a
poner de moda en los medios el tema del secuestro, luego no sé cuantos
secuestrados hay pero me parece que doña Marleny Orjuela y sus compañeras de
drama continúan con sus gestiones.
Con relación al secuestro
puntualizaba hace poco sobre la participación de Piedad Córdoba como pieza
obligada de las liberaciones y me preocupa la intervención de los grupos de
narcotraficantes en la solución de estos delitos. El proceso 8.000 sigue
vigente, yo no percibo modificaciones, no importa realmente que hayan capturado
a 2 o a 4 si siguen delinquiendo desde las cárceles y sus voces siguen siendo
oídas por los grupos armados ilegales. No es posible que sea el mismo grupúsculo
de políticos quienes sigan mandando la parada en tal tema y como nuestros
soldados y policías sí son legales y letales para su campaña a favor de las
drogas, entonces por ellos no se hace nada. Son secuestros al servicio de las
mafias más que a favor de los grupos guerrilleros.
Con respecto a la voladura de
torres, me parece que se está deteniendo el desarrollo ante la incapacidad del
estado de llegar a sendas regiones con los servicios públicos. Esto incluye a
todo el departamento de Bolívar que está aquí cerquitica, es increíble observar
los focos de pobreza en ciudades tan importantes como Cartagena. Y vuelve y
juega, quienes han estado tradicionalmente al mando de estas regiones sino los
mismos caciques de antaño con la misma corrupción. Pero como están protegidos
por las mafias…
Y con las minas anti persona, a
veces me parece que los grupos que aún se encuentran armados perdieron el foco
y decidieron castigar a la población. Mucho dinero les debe llegar de los
grupos de mafiosos como para que hayan decidido liarse en contra de las gentes.
Esa es una campaña perdida, hablando desde las reivindicaciones sociales. Mejor
no me defiendan dirían los campesinos si tuvieran educación. Y finalmente, la
posición tan incómoda de los grupos de ciudad, los que actúan en el Valle, en
Antioquia, en los Santanderes, mezclados con los delincuentes de todos los
procesos y los narcotraficantes. Éstos son los que menos me gustan, los
guerrilleros en el campo al menos son limpios de espíritu, pero éstos que se
han hecho a las mañas de las mafias y los politiqueros. Ya hasta reciben
prebendas, los maquillan de docentes, repiten los discursos del político que
les ayudó a emplearse, les lustran los zapatos y les cepillan el saco.
Realmente tienen que definir con claridad a quién sirve su lucha y asumirlo, y
sobre todo adelantar una purga y una autocrítica profunda y honesta que les
permita aclarar sus objetivos como grupo político que aspiran llegar a ser.
Luca Luciano
@zafarytv
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