viernes, 14 de marzo de 2014

¿Y si no mentimos?


Aquí comienzo mi serie de editoriales y opiniones. También les recordaré algunos comentarios visuales que he ido acopiando en el transcurso de estas publicaciones. Una propuesta plástica y de investigación a partir del análisis sobre la razón de ser de los medios impresos.





El año 1971 fue decisivo para mi, Mari Trini Pérez Miravete, una cantante española es capturada por viajar como mula en Guayaquil, mientras su compañero Leonard Ventura Sánchez es capturado y luego dado de baja en el 73, éste sí con sendo prontuario por narcotráfico. Sin mis padres, soy dada en adopción y su historia quedó relegada en la memoria de los testigos del momento en el Valle del Cauca. Por supuesto que yo no me enteré de la situación sino solo hasta hace unos 5 años, momento en el cual comienzo mi investigación. ¿Qué pasó? ¿Por qué no se dijo nada?

Inmediatamente comenzaron los operativos bajo la premisa de que era necesario infiltrar la organización. Fueron encomendados nacientes capos, varios de ellos provenientes de las guerrillas colombianas. Entre ellos Fernando Henao, cuñado de Pablo Escobar, quien fue, en últimas, él que confirmó la versión. Henao, un delincuente de poca monta acepta la misión de mantener la mentira y era necesario basarse en la historia original.

Mari Trini, había nacido en el año 45, justo cuando se terminaba la II Guerra Mundial y con ella el régimen Franquista en España, para sorpresa de toda su familia de origen italiano y fanática de Musolini, Mari Trini quien había visto cómo su país se sumía en la pobreza, toma una decisión trascendental para este lado del continente, decide defender las ideas comunistas de la ex Unión Soviética. Tras las atrocidades del reich, quién la podría culpar. E ingresa a Colombia con sus canciones y sus ideas, divulgando para toda América Latina la ideología en progreso. Muy pronto encontró eco entre intelectuales revolucionarios y juntos fundan lo que hoy se conoce como el ELN.

El gitano Ventura, mi padre, tenía 67 años cuando murió según lo confirman documentos del Departamento de Estado de los EEUU de la época, tendría 65 cuando nací. Era la última de sus 9 hijos, la 9 millonaria, todos nacidos en diferentes países de América Latina. El estado americano confirmó para mí el buen comportamiento de 7 de las líneas familiares y quedaron pendientes dos medio hermanos en Centroamérica. Él venía de trabajar con Caponne pero luego del momento en el que el alcohol es legalizado y el italiano inventa el Ron como licor conmemorativo, Leonard decide diversificar sus negocios a la heroína y la cocaína, que comercializaba en todos los países de América, desde Canadá hasta la Patagonia.

En Colombia no se cultivaba ninguna planta alucinógena, así que la tarea para Henao parecía sencilla, difundir las ideas de Mari Trini y comercializar la cocaína importada. Y así lo hizo creando ese monstruo de problema que es hoy la narco-guerrilla y años más tarde el narco-paramilitarismo.

Pero sucedió un buen día, uno de los comercializadores más creativos le hace la propuesta, dado que en los EEUU tienen estaciones, que bueno sería aprovechar el clima tórrido de nuestra nación para cultivar la amapola. Ya había una experiencia con el cultivo de hongos, en Bogotá un franquista español, Pedro Rincón, se había vuelto ganadero como consecuencia de sus negocios de marihuana. Al parecer hubo intercambios comerciales entre Pedro y Leonardo antes de entrar en confrontación por fallas en algunas entregas. Finalmente los dos señores terminan entregándose uno al otro, esto tampoco se dijo.

Y es así como Henao, amparado por la ley del silencio, dizque porque, decía Santofimio, había que recoger toda la red, prospera en sus negocios ilícitos sin que hubiese autoridad capáz de detenerlo. Y sí dieron con los socios y recogieron mucho dinero que fue a parar a fundaciones y negocios de construcción, nadie recuerda a Mazuera?, generando lo que luego se llamó la burbuja inmobiliaria y los escándalos bancarios de Michelsen Uribe.

Pues hasta el día de hoy ha sido imposible separar los dos fenómenos de la guerrilla y el narcotráfico, todos con el temor de que regresen los italianos, los españoles y los gitanos a reclamar sus territorios. Incluso existen cultivos ilícitos del gobierno colombiano, dizque para infiltrar a los traficantes. Henao se multiplica. Honestamente yo no observo por aquí a ningún otro dueño y señor de todo el procesamiento.

¿Cuántas hectáreas han fumigado? ¿No es extraño que vuelvan a aparecer? No, son los mismos cultivos que pasan de la narco-guerrilla al narco-paramilitarismo al narco-estado. Deberían paramilitares y estado recoger sus cultivos para observar con claridad cuántas hectáreas reales son. Y las guerrillas, en honor a mi madre, deberían asumir su proyecto con seriedad en lugar de perder el tiempo cuidando cultivos ilícitos. ¿Alguien quiere gobernar?




Luca Luciano

Basado en el editorial de Fernando Londoño Hoyos, Una propuesta indecente del periódico El Espectador, 21 de enero de 2014.

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