El problema que tengo es con el
formato, estoy explorando las columnas de opinión y acerca del cine la única
opinión posible a ser recogida por este formato es una crítica a la crítica
cinematográfica que se convierte en un género en sí mismo y uno casi que puede
decidirse a leer sobre crítica cinematográfica o ver la película. La crítica
cinematográfica se tira la película, si yo leo mucho antes de entrar a la sala
que lo que hacen con el sonido de tiburón es poner en suspenso al espectador,
cuando esté frente al celuloide sencillamente no va a ver sorpresa, se tira el
espectáculo.
Ahora, lo que usualmente vemos en
televisión como crítica cinematográfica no es más que un servicio contratado
por las salas de cine para empujar las ventas de taquilla, y entonces hablan
que Jennifer Aniston se casó dos veces, o sobre los escándalos de Hanna Montana
o que Justin Bieber se hizo otro graffiti. Pero eso no es un análisis
consciente de una película como el que leí sobre El Ciudadano Kane en el
Malpensante. Realmente amo que me envíen sus artículos al facebook.
Claro que si miramos el formato, o es
crónica histórica, o son perfiles sobre los directores y actores, pero
definitivamente no son una columna de opinión. Para hacer opinión uno tiene que
iniciar diciendo algo así como amo u odio tal cosa. Y mi opinión es que amo los
musicales, que prefiero las películas infantiles y que odio hacer crítica, más
aún bajo este formato.
Y me he arriesgado a combinar con
otros formatos, la crónica y por eso en esta columna puede aparecer de repente
que mi película musical preferida es Jesucristo Superstar, con música de Andrew
Lloyd Weber, un genio de la composición para éste género, pero no puedo
profundizar sobre la vida o el aporte de Weber en una columna de opinión, las
columnas de opinión tienen sus límites, es más fácil discutir temas
coyunturales de la política actual que poner sobre el tapete la complejidad de
la construcción de una película de culto.
Y sin embargo Weber era político,
asumió la construcción de su personaje de Jesucristo no solo como un líder
espiritual sino como un caudillo en plena era de la Guerra de Vietnam. Y puso
sobre la mesa otros temas como las tensiones interraciales y la opresión de
quienes asumen el poder en todas las épocas. Visualmente, la primera escena ya
presenta una caja llena de armas actuales que es bajada de un autobús y el
desierto es atravesado por un tanque de guerra sin aparente conexión con el
tema religioso. Y eso es política para todos los tiempos. Esa era la manera de
sentar un juicio de valor sobre lo que acontecía en la época de Weber.
Y rasgando un poco más el formato
de opinión, puedo decir que me gusta el color de la película, la escena en la
que de la arena aparecen símbolos en árabe, como quién predice a Irak, y que
son maravillosas esas voces contrastadas de los monjes de negro que acompañan a
pilatos y que presentados sobre un andamio aparecen como chulos del
emperador.
¿Hasta dónde extender una columna
de opinión para habler de cine? Y no nos digamos mentiras, uno nunca habla de
cine, habla de contexto histórico, habla del tema de la película pero
difícilmente de cómo está construída, en crítica uno nunca habla de plano, ni
de montaje, ni de secuencia, ni de iluminación. ¿Qué es hacer crítica
cinematográfica en éste o en cualquier otro formato?
Luca Luciano
@zafarytv
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