En mi casa todos tenemos escorpión en algún lado, en el signo, en el ascendente o en la luna. Son increíbles éstos animales como padres, mientras que crecen cargan sobre sí las crías, no permitiendo que les ocurra nada. Yo soy ascendente, menos peligrosa que alguien con su sol natal. Hay dos tipos de escorpiones, los que tienden a ser serpientes grises, que por lo general son malandros que nunca explotaron todo su potencial; y los que se aproximan a las águilas, tengo un poco de ambos. Debo admitir que también soy malidicente. Sobrevivir a un papá escorpión tampoco es fácil, siempre chocamos tenazas y hay que decirlo, casi siempre aquí se hace lo que yo digo, tengo una linda luna en libra que hace que gane la dulzura y los hoyuelitos en las mejillas.
Así que soy una reina escorpio.
Mi padre verdadero murió, yo asumo que era cáncer. Era un desgraciado pero me amaba. Tras la muerte del viejo, debería decir más bien jóven, tendría unos 30 años, mi madre fué transladada a España y durante mucho tiempo retenida, hicieron que confesase en público, a través de los medios, su delito. Y fué así como logró ubicarme. Al comienzo expresó que era un secuestro y la palabra secuestro siguió dando vueltas en el sistema y el chisme creció como una bola de nieve, tanto que mi madre de crianza fué atacada por un grupillo de traficantes organizados en el MAS, Muerte a Secuestradores. Mi madre de sangre era muy inteligente, ubicó el colegio al que asistía e hizo poner hasta a los profesores. Por entonces yo quedaba muy en peligro porque era A y quedaba fácilmente en manos de las guerrillas, mi mamá de crianza logro que negociaran mi protección y no se les ocurrió otra cosa que filtrarme en el M-19, un grupo al márgen de la ley pero de derecha, defendían las elecciones de un militar que había sido dictador en Colombia. Claro que la idea no fué de mi madre de crianza quien nunca imaginó toda la historia. Amarrada frente a su pantalla, mi madre de sangre oraba, pero no de cualquier manera, era izquierdista, marxista, revolucionaria. Y es allí cuando todos se preguntaron, y ahora qué hacemos con ésto, todos los medios le hacen eco. Aquí se demoró en llegar el mensaje, no estaban tan bien de satélites como hoy, y se me ocurre pensar que es la directa responsable de que hoy España sea un país socialista, claro, la corriente antifranquista para la época era muy potente.
Al final, la mia mama legó un par de ideas para el mundo, protegida como estaba por la iglesia de la época, casi que la recluyeron en un convento, inspiró amplios párrafos de la encíclica papal Laborem Exercens.
Ahí encontrareis, jajajaj, el pensamiento de mi madre. Boba no era!
Y ahora que qué hacemos? Escribir, mijo, escribir. Ya mismo cultivo el género epistolar!
Un beso.
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