Autobiografía Narrada.
Fui secuestrada. Mientras
mantenía una conversación amena con mi amigo Dago García fui abducida por la
pantalla del televisor que poco a poco se fue convirtiendo en una máquina de
hacer experiencias 3D en las calles de Bogotá. Tuve mucho miedo y ante la falta
de explicación de los sucesos desbordados, creí que me había vuelto loca. Los
siguientes meses la pasé entrando y saliendo de sanatorios mentales por hechos
y situaciones que sobrepasaban la epicrisis de mi enfermedad: maniaco –
depresión. Fui diagnosticada cuando tenía 15 años porque tenía tendencias
suicidas, pero lo que iba a vivir a partir de aquel momento no tenía parangón
con nada de lo que haya vivido hasta el momento. Realmente estuve muy mal con
momentos de lucidez y alucinación de tensa calma y paranoia. Estando en
Medellín, con mi marido y mi hija recién nacida, entré en crisis y tuve que ser
internada en la Clínica de las madres hospitalarias. Para mi desgracia, otro
paciente rondaba la estancia, era Fernando Henao, cuñado de Pablo Escobar quien
jugaba ajedrez con un primo del ex presidente Uribe, también en cautiverio? Se
me acercó el hombre, 1.70 de estatura, con su cara de monje jesuita y sus gafas
rectangulares. - Hola, soy Fernando Henao, cuñado de Pablo Escobar. Y vos qué
hacés? No te he visto por Medellín – me dijo como quien conociera todos los
sucesos y personajes de la región, ese “man”
parecía un censo ambulante. Le dije: - Soy Lucy Galvis y soy realizadora
de televisión.-; - Que bien, quiero contar la historia de Pablo-. Por supuesto
que yo no la hice, y mucho menos la financié, pero Juana Uribe sí me dejó
montada ahí por más de 3 años, torso con torso junto a él mediante el recurso
de unos aparatos de telecomunicaciones que hasta el momento yo no sabía que existían.
Es cuando aparece la escritura como un mecanismo de supervivencia, pasaba horas
enteras hablando con este señor y transcribiendo la experiencia en el
computador. Él si tenía claridad sobre cómo era que funcionaban esos equipos
que creo yo son de uso militar y trajo a mí a los más variados personajes y
comenzamos a hacer entrevistas. Entretanto, Juana iba y venía y un buen día se
presentó como funcionaria de Plan Colombia y comenzó a culparme a mí de tener
nexos con el narcotráfico. Entonces Henao, quien ahora aparecía confabulado con
la señora comenzó a decir que tenía que recordar mi origen y entre ambos me
contaron la historia de mi génesis como hija de un narcotraficante gitano de
origen norteamericano y la cantante española Mari Trini, fundadora del ELN y
capturada por mula en Guayaquil. El traficante fue dado de baja y yo que iba
con su caravana fui entregada en adopción. Más tarde, el mismo Henao confesaría
que él mismo me entregó a una congregación religiosa. Y ahí comienza la
historia en mi blog que ya cumple más de 15.000 lectores en todo el mundo, en
el momento en el que contacto al ex fiscal Mario Iguarán, para la época en el
lugar de los hechos y lo insto a probar la paternidad de mis padres.
Solo si siente curiosidad: http://miyovisceral.blogspot.com/2013/10/sr-beltran.html
Y esa es la única publicación que
he hecho, no soy periodista, soy artista plástica. Tuve varios episodios de
epilepsia y no pude dibujar más, pero soy afiebrada por los happenings y
performance, de hecho ya con éste he realizado tres. El primero, una puesta en
escena en Canal 13, era un pequeño programa que presentaba en el que se
intercalaban bandas de rock bogotanas y discusiones sobre derechos humanos.
Allí fingí ser la presentadora y avanzamos sobre una etnografía de los jóvenes
en la ciudad. Duró poco, un año. Ahí comenzaron las retaliaciones de los medios
privados encabezados por la señora Uribe y que fueron la pesadilla. Allí medí
mi capacidad de convocatoria y de mover los ánimos, realmente la ciudad se
conmocionó con el hecho. Se realizaron 170 programas de emisión diaria. El
segundo happening sucede cuando yo reacciona ante el abuso de los medios
privados y me lanzo como edil, éste sí fue frustrado, saqué ocho votos y
descubrí que no tenía telecomunicaciones, me habían bloqueado tanto el teléfono
como la internet. Pasaron los meses y no obtuve respuesta ni grande, ni chica
de la policía o el ejército con quienes me comuniqué. Y sí, hice otro
performance más, ésta más íntimo, grité en un cajero electrónico de AV Villas
pidiendo auxilio, dejé todos mis datos y llegaron a mi casa cientos de
comandos, parezco un dispensador.
Quiero tener acceso al taller, no
porque sea periodista sino justamente porque no lo soy, porque no pertenezco a
ningún medio y quiero pertenecer y porque ya estoy cansada de este soliloquio,
quiero hablar sobre los demás.
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